DEPORTES DE LA ANTIGÙEDAD

En la Antigüedad, los Juegos Olímpicos (romanización: olympiakoi agōnes) fueron una serie de competiciones atléticas disputadas por representantes de diversas ciudades-estado griegas, en el año 776 a. C. Los antiguos Juegos Olímpicos fueron bastante diferentes de los modernos; había menos eventos y solo los hombres libres que hablaban griego podían competir, además de que se celebraban siempre en el mismo lugar.

Los últimos Juegos Olímpicos de la Antigüedad se celebraron en el 393 d. C., casi doce siglos después de sus comienzos. Tras la adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio romano con el Edicto de Tesalónica (28 de febrero de 380), el emperador Teodosio prohibió toda celebración pagana, incluyendo los juegos olímpicos.


La preparación deportiva

Cuando los niños varones griegos libres cumplían doce años ingresaban en la palestra, donde se les enseñaba a desarrollar los músculos y a disciplinar los nervios. A los dieciséis años entraban al gimnasio, donde los griegos realizaban ejercicios físicos y atletismo. Los gimnasios contaban con una pista y lugares de ejercicio al aire libre entre los bosques.


Normas

Se cree que existían una serie de normas que regulaban los Juegos Olímpicos en la Antigüedad, pero las sanciones que se aplicaban por la violación de estas normas eran aparentemente arbitrarias y no se conoce ningún caso en que se llegara a sancionar a algún atleta con prisión.

No se podía matar al adversario en la lucha a excepción que fuera una de las pruebas como la del pancracio, ni empujarlo en las carreras. Se contaba que Cleómades de Astipalea había matado a su contrincante en la prueba del pugilato y había enloquecido cuando los helanódicas le privaron por ello de la victoria.



Premios

Los ganadores de las diversas pruebas eran aclamados por el público, que les arrojaba flores y hojas frescas y recibían un premio que consistía en una corona de olivo salvaje. También existía la costumbre de ceñir una cinta de lana en la cabeza del vencedor. Además, en épocas posteriores se otorgaba también al vencedor una hoja de palma.


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